EL SANTO PADRE Y LA FAMILIA
El Papa Francisco es un enamorado de la familia y cada vez
que tiene la oportunidad, alienta a jóvenes, mayores, solteros, casados o
viudos siempre pide
no descuidar a la
familia y cultivar siempre sus valores, así nos dice: "Os animo a seguir trabajando con la familia
y por la familia. Es un trabajo que el Señor nos pide hacer de un modo
particular en este tiempo, que es un tiempo difícil tanto para la familia como
institución, como para las familias a causa de la crisis".
"A
los recién casados les doy siempre este consejo: Reñid lo que queráis. Si
vuelan los platos, dejadlos. Pero nunca acabéis el día sin hacer las paces.
¡Nunca!'”
"Para
hacer las paces no hace falta llamar a las Naciones Unidas, que vengan a casa a
hacer la paz. Basta un gesto pequeño, una caricia: 'Bueno, adiós, hasta
mañana'. Y mañana se comienza de nuevo”.
"No
es para ponerla (la Biblia)
en un estantería sino para tenerla a mano. Es para leerla a menudo, todos los
días, ya sea individualmente o en grupo, marido y mujer, padres e hijos; tal
vez por la noche, sobre todo los domingos. ¡Así la familia camina, con la luz y
el poder de la Palabra de Dios!”
"Es
un viaje lleno de desafíos, difícil a veces, y también con sus conflictos, pero
así es la vida”.
"Esta
cultura del bienestar de hace diez años nos ha convencido: ‘¡Es mejor no tener
hijos! ¡Es mejor! Así puedes ir de vacaciones, a conocer el mundo, puedes tener
una casa en el campo... Estás tranquilo’”.
"Cuando
confieso a jóvenes matrimonios y me hablan de sus hijos siempre hago una
pregunta: '¿Y tú tienes tiempo para jugar con tus hijos?'. Y muchas veces el
padre me dice: 'Pero padre, yo cuando voy a trabajar por la mañana ellos
duermen y cuando vuelvo por la noche están en la cama durmiendo'. Esto no es
vida”.
"Tal
vez muchos chicos y jóvenes pierden demasiadas horas en cosas fútiles, como
chatear en Internet, o con los teléfonos, las telenovelas, los productos del
progreso tecnológico que deberían simplificar y mejorar la calidad de vida. En
cambio, a veces distraen la atención de aquello que es realmente importante”.
"Una
de las cosas más bonitas de la vida de la familia, de nuestra vida, es
acariciar a un niño y dejarse acariciar por un abuelo o una abuela”.
La experiencia personal y el
trato a lo largo de los años con cientos de personas, han convertido al Papa en un experto en familia. Sus
consejos, sencillos pero directos, pueden facilitar mucho la vida en común. No
cabe duda que sus recomendaciones a los matrimonios han dado la vuelta al mundo.
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