10 MENSAJES DEL PAPA PARA VIVIR AUTÉNTICAMENTE ESTA NAVIDAD.
1. El pesebre representa la ternura de Dios
“Les invito a detenerse ante el
pesebre, porque allí nos habla la ternura de Dios. Allí se contempla la
misericordia divina que se ha hecho carne, y que enternece nuestra mirada”.
2. Jesús nos dedicó toda su vida, dediquémonos la nuestra a los demás
“Jesús no se ha limitado a
encarnarse o a dedicarnos un poco de tiempo, sino que ha venido para compartir
nuestra vida, para acoger nuestros deseos. Porque ha querido, y sigue
queriendo, vivir aquí, junto a nosotros y por nosotros. Se interesa por nuestro
mundo, que en Navidad se ha convertido en su mundo. El pesebre nos recuerda
esto: Dios, por su gran misericordia, ha descendido hasta nosotros para
quedarse con nosotros”.
- El amor de la Navidad no se impone por
la fuerza
4.
La Navidad es luz,
es un camino, más allá de algo emotivo y los regalos
La Navidad “no se trata sólo de
algo emotivo, sentimental; nos conmueve porque dice la realidad de lo que
somos: somos un pueblo en camino, y a nuestro alrededor –y también dentro de
nosotros– hay tinieblas y luces. Y en esta noche, cuando el espíritu de las
tinieblas cubre el mundo, se renueva el acontecimiento que siempre nos asombra
y sorprende: el pueblo en camino ve una gran luz. Una luz que nos invita a
reflexionar en este misterio: misterio de caminar y de ver”.
- En esta noche, hay salvación para todos
los hombres (Tt 2,11)
- Los últimos, los humildes, como los
pastores, recibieron al niñito
7. No hay lugar para el miedo. La Navidad es amor renovado que vence siempre
“El Señor nos dice una vez más:
“No teman” (Lc 2,10). Como dijeron los ángeles a los pastores: “No
teman”. Y también yo les repito a todos: “No teman”. Nuestro Padre tiene
paciencia con nosotros, nos ama, nos da a Jesús como guía en el camino a la
tierra prometida. Él es la luz que disipa las tinieblas. Él es la misericordia.
Nuestro Padre nos perdona siempre. Y Él es nuestra paz. Amén”.
- Vivir la Navidad acogiendo los problemas
de quien está a nuestro lado
- ¿Cómo acogemos la ternura de Dios?
10. Bondad, mansedumbre por una Navidad auténtica
“La vida tiene que ser vivida con bondad, con mansedumbre. Cuando
nos damos cuenta de que Dios está enamorado de nuestra pequeñez, que él mismo
se hace pequeño para propiciar el encuentro con nosotros, no podemos no abrirle
nuestro corazón y suplicarle: «Señor, ayúdame a ser como tú, dame la gracia de
la ternura en las circunstancias más duras de la vida, concédeme la gracia de
la cercanía en las necesidades de los demás, de la humildad en cualquier
conflicto”.
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