Un autor desconocido nos regala estos consejos que levantan nuestra estima y nos hacen saber que valemos por lo que somos. La edad no resta para nada nuestra dignidad, porque somos hijas de Dios.
No te veas fea, gorda o demasiado
flaca… recuerda que lo que importa es el contenido no el estuche.
Ámate mucho, imagínate feliz, la
mente es un imán y todo lo que desees y pienses, como por arte de magia lo atraerás.
No te sientas menos que otra mujer,
ella puede ser más en algunas cosas, pero tú tendrás tus propias virtudes.
Recuerda amar la vida con sus días
nublados, con sus tormentas eléctricas. Es la vida y está para gozarla,
disfrútala a cada instante, en cada momento.
¡Mujer, te estoy hablando a
ti!
Llena tu mochila de bellos recuerdos
y deja los malos a un costado del camino y ahora, frente al espejo, sonríe.
Observa lo lindo de tu cuerpo y
destácalo, ¿tus ojos?, y luego mira tu interior: el poder está en ti.
Puedes elegir: sentirte bella y
amada o fea con una vida sin sentido.
Puedes elegir: darte la oportunidad
de ser feliz o esperar con tristeza que tu vida se apague.
Puedes elegir: la alegría o la
tristeza.
Puedes elegir: cerrar los puños y pelear
o perder todas las esperanzas.
Fíjate metas y lucha por ellas, no
te sientas egoísta si dedicas parte de tu tiempo a algo que te guste y te hace
feliz.
Tenlo presente: como te sientas, te
verán. En la medida que ames, te amarán. Y antes que todo:
Ámate a ti misma, tal como eres.
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