ABUELAS
CHOCHAS
Estoy
segura que más de una abuela que lea las siguientes anécdotas – todas verídicas
– se va a identificar con alguna de ellas. O al menos sentirá alguna ternura en
el corazón.
v Dos hermanitas
quedaron con los ojos como platos cuando el abuelo las llevó a un campo de
aviación. La menor dice con gran asombro: ¡Cuantos avones! La mayor, toda
protectora, le pasa el brazo sobre los
hombros y la instruye: No, Vero, no son avones, son pericopteros.
v Una de esas
tías metetes, le pregunta al nieto de su amiga: ¿Quieres mucho a tu abuelita?
Uy, si, responde el niño. ¿Cómo cuanto? insiste la tía. Uf, como de aquí hasta
la luna, ida y vuelta.
v
Una abuela reunía a sus nietos una vez al mes para darles algo
de catequesis. Un día le tocó hablar sobre los Reyes Magos y los hizo
escenificar el relato con vestidos y todo. Al final les hizo algunas preguntas
para ver si habían captado la narración. Al preguntarles por el sentido de los
regalos que los Reyes llevaron al Niño Jesús, cuando mencionó el incienso, una
de las niñas levantó el brazo a toda prisa para ganar a los demás y espetó:
¡“Para que no apeste el establo”!
v Cuando se le preguntó a David, que significaban sus abuelitos
para él, contestó: Mis abuelitos para mí son un tesoro, excepto uno de mis abuelitos
porque está con otra mujer, pero igual lo quiero.
v David se queja con su abuelita: tú siempre me cuentas de Dios
pero también quiero que me cuentes de castillos.
v Para mí los papás de mi papá son muy cariñosos y buenos y los de
mi mamá son también buenos solo que un poco gruñones, a veces me gritan a mí y
a mis hermanitos, pero yo los quiero a los cuatro con mucho amor.
v Una pequeña cuando va a saludar a una amiga de su abuela, toda
sonriente le dice: “Eres viejita” y al ver la cara de asombro de la señora, toda
pícara corrige, “si, pero eres una
viejita linda”.
¿Quién no tiene una Mafalda en la familia?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario