BRECHA GENERACIONAL
Hemos oído
hablar tanto de la brecha generacional para justificar la dificultad de
comunicación entre padres e hijos, que no vale la pena insistir en ello. Lo
curioso es que esa dificultad no se da cuando se salta una generación, es
decir, entre abuelos y nietos. Ahí si hay una empatía enorme y por eso se dice que
los padres educan y los abuelos engríen.
Lo que resulta increíble es que esa
brecha generacional, entre padres e hijos, perdure en el tiempo, hay casos en
que diría que hasta raya en lo risible. ¿Te resulta algo familiar lo siguiente?:
v Se imaginan el asombro de una abuela que jugando
a la peluquería con su pequeña nieta, oye que su hija de 40 años le increpa,
realmente molesta, “Mamá, nunca jugaste así conmigo”, o
v
Los celos
increíbles cuando una mamá cancela la salida con una hija para acompañar a la
otra al médico: “Claro, a mi me plantas por “tu hijita” que siempre fue tu
engreída”. ¡¡¡Y “las hijitas” ya tienen hijos universitarios!!!
v Una de treintaitantos le espeta a su madre: “Tú
me frustraste la vida, siempre quise ser cantante, pero cuando de chica lo
sugerí, me dijiste: ¿Acaso quieres ser miembro del grupo Los chistosos del
Barrio?
A veces los padres decimos cosas sin
darnos cuenta de la huella indeleble que dejamos en el corazón de nuestros
hijos. Recuerdo que cuando éramos chicas, mi hermana menor era una tremenda y
yo era bien modosita y obediente y mi mamá se mataba diciendo: “Carmencita, ¿porqué
no eres como tu hermana Elsita”?, sembrando así, sin ninguna mala intención,
una rivalidad entre hermanas que ha perdurado en el tiempo.
Ya es tarde para que enmendemos
errores, pero al menos tratemos de compensar a los nietos con ternura y
comprensión.
1 comentario:
También los padres aprendemos de los errores cometidos con los hijos y así, los nietos se benefician de la experiencia adquirida. Gracias por esos acertados ejemplos.
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