Cuando viajas y no sabes el idioma del país donde estás ¡¡te metes en cada lio!! Las personas mayores cuando llegamos a “cierta edad”, no tenemos miedo al ridículo y nos importa muy poco lo que los demás puedan pensar. En una ocasión estaba de viaje en Italia – “non parlaba niente” - y con una cara dura impresionante decía una tontería tras otra. Imagínense, que con cara de ingenua un día le pedí al camarero un “bacio” (beso en castellano) cuando lo que quería era un vaso, prívate. Pero ahí no quedó la cosa pues a la hora de ordenar que comer y no entendiendo ni michi el menú, entre la enorme lista de platos, que debían ser exquisitos, descubrí algo que me sonaba conocido, decía “fegattini”, ni corta ni perezosa me señalé el hígado haciendo una mueca interrogante al camarero y éste respondió: SI. ¡Qué alivio! Al fin pude acertar en algo que me gustaba, pues me estaba pasando los días señalando en la carta al azar cualquier plato y casi nunca acertaba con algo agradable.
UN CONSEJO AUNQUE SEA DE UN CONEJO:
Cuando estés de viaje lleva siempre en un bolsillo del
pantalón o de tu chaqueta, una tarjeta con la dirección y teléfono del lugar
donde te alojas y fotocopia de tu pasaporte; además es recomendable scanear tus
documentos personales y llevarlos en un USB. Nunca se sabe, puedes alejarte de
tu grupo sin querer o desorientarte y te encuentras que no puedes recurrir a
nadie conocido, es una experiencia atroz. Insisto en que sea en un bolsillo de
tu ropa, pues en la cartera puede que algún amigo de lo ajeno, te la arranque y
… sonaste.