
Sin embargo, los años no impiden que lo pasemos bien. Las tías también podemos divertirnos y ser divertidas. Las anécdotas no son solamente para recordar momentos especiales, ya sea de viaje, o situaciones imprevistas y muchas veces ridículas, sino también motivo para conocer facetas desconocidas de su personalidad y siempre cargadas de sentimiento. ¡Y cuanto sorprendemos a los demás!