Las TIAS que alguna vez hemos trabajado en oficina,
aprendimos a hacer mil cosas a la vez. Casi sin darnos cuenta llegamos a ser
ejecutivas y profesionales, a la par que esposas, mamás y amas de casa. ¿Cómo
hicimos para desdoblarnos de esa manera cuando en aquella época nos querían
convencer que sólo seriamos esposas y madres?
Pero, las mujeres sabemos “recursearnos” para salir
adelante en toda circunstancia y he aquí que empezamos por preparar y vender
nuestros deliciosos postres limeños, a dar clases de inglés, ayudar a alumnos
que estaban a punto de ser jalados, etc. y con eso colaborábamos en “parar la
olla familiar”. De ahí el gran salto,
entramos a la universidad y descubrimos que éramos capaces de realizar
otro tipo de actividades que no fueran las estrictamente caseras, sin que por
ello dejáramos de reconocer el valor que la mujer tiene como madre, esposa y
ama de casa.
Las estrategias utilizadas dieron buen resultado, pues
decidimos abrir el camino para que la siguiente generación se encontrara mejor
preparada para enfrentar los cambios que el mundo actual exige y que han colocado
a la MUJER PERUANA en una posición sobresaliente, gracias a sus propios
méritos.
No critiques al jefe con su empleado, el comentario le llegará al toque
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