CONSEJOS


LOS CONSEJOS

           
      Un consejo aunque sea de un conejo, dice el refrán. Suena bonita la frase, pero cuidado, ojo, que ésta tiene sus bemoles. Hay personas que, sin que se los pidan, van por el mundo repartiendo todo tipo de consejos, desde cómo se cura la gripe hasta soluciones matrimoniales y ni que decir, hasta se dan soluciones muy sesudas para arreglar los embrollos políticos.

         Tengamos presente que no siempre un consejo es solicitado, ni bienvenido, ni acertado. Es más, ¿estamos preparadas para dar cualquier tipo de consejo? La prudencia es la mejor consejera, escuchar con atención y mucha paciencia, esperar que la otra persona se desfogue y después, si pensamos que podemos ayudar, dar nuestra opinión, con afecto pero sin pretender que esta sea la última palabra ante tal situación. Y cuidado, si el tema no lo manejamos,  hay que ser honesta y decir: mejor acude a un especialista que puede aconsejarte mejor que yo.

         Tra moglie e marito, nemmeno un dito , que traducido, aunque no rime, quiere decir más o menos: Entre marido y mujer, ni siquiera un dedito. En asuntos conyugales hay que tener mucho cuidado pues con la mejor buena voluntad nos ponemos del lado de quien nos consulta sin haber escuchado a la otra parte  y terminaremos peleadas como amigas, porque a la larga, por lo general, se arreglan marido y mujer y resultamos siendo las malas de la película.

         Más sabe el diablo por viejo que por diablo.  A los jóvenes les resulta muy difícil recibir consejos de sus mayores, no aceptan que la experiencia de vida, que quien ha pasado por muchas situaciones positivas y negativas a lo largo de su vida, quien ve las cosas con paz y sosiego, es quien puede dar un consejo sereno y acertado; los chicos al instante saltan diciendo: eso era en tu época, ahora las cosas son distintas. La moda puede haber cambiado pero los valores son eternos, han sido ayer, son hoy y serán siempre.

         Tan importante es el consejo que la Iglesia Católica lo considera como un Don del Espíritu Santo. El “don de consejo es sabiduría en acción”, dice el P. Carlos Valles en su libro Gustad y Ved. Y continua más adelante: “El secreto del don del consejo al ejercerse de persona a persona es el centrar la atención no en el problema, sino en la persona. No hay enfermedades, sino enfermos. No clasificar nunca con etiquetas fáciles, no recitar libros de texto, no fulminar soluciones. Por conocido que sea el problema, es nuevo cada vez, porque es distinta la persona que lo vive… Hay que mirar a los ojos, hay que atender a la voz, hay que respetar el dolor, hay que escuchar en silencio… sobre ese fondo viene ahora el contacto real de la persona amiga, la situación concreta, el problema vivido. Ahí es donde actúa el Espíritu y se deja sentir su persuasión callada, la docilidad a sus dones nos prepara para el momento necesario; y aplicándonos el don de consejo a nosotros mismos, aprendemos a aplicarlo a los demás. Servicio de persona a persona que tanto alivio puede traer al trajín de las almas en el largo vivir.”

TARTA HELADA DE PIÑA


TARTA HELADA DE PIÑA

 

Ingredientes


1 tz de piña rallada                           
          ¾ tz de azúcar
          ½ tz de mantequilla                 
          1 tz de nueces picadas
          2 huevos                                 
          28 galletas de vainilla
 
Preparación

Ø  Desmigajar las galletas; dejar aparte

Ø  Ablandar la mantequilla y añadirle poco a poco el azúcar

Ø  Batir las 2 yemas hasta que espesen y añadirlas a la mantequilla y el azúcar

Ø  Batir unos 2 minutos

Ø  Agregar la piña y las nueces mezclando bien

Ø  Aparte, batir las 2 claras hasta que estén duras y, en forma envolvente, añadir a lo anterior

Ø  Cubrir  el fondo de un molde Pyrex  con parte de las migajas de las galletas y echar encima la mezcla

Ø  Tapar la mezcla con el resto de las galletas

Ø  Poner a la refrigeradora hasta la hora de servir.

Se recomienda hacerlo el día anterior.

 

Fácil de preparar y muy rica de saborear