QUEJAS COTIDIANAS


QUEJAS COTIDIANAS   
 
 


         
            Conforme pasan los años, las virtudes en las personas mayores se purifican y los defectos se acentúan. Cuando inexorablemente llegamos a la tercera edad lo maravilloso es disfrutar de la serenidad que los años traen consigo, del libre manejo de nuestro tiempo y sobretodo la paz y armonía propia de esta etapa de la vida. Tener tiempo para leer con tranquilidad, levantarte a la hora que quieras, salir de paseo, no tener prisa para nada. ¡Qué agradable!
         Pero como todo en la vida, también hay un lado oscuro. Lo difícil con el correr de los años es tener que soportar las manías y/o quejumbres de nuestro cónyuge o parientes con quienes vivimos. ¿Por qué será que nos volvemos tan sensibles o irascibles ante el mínimo detalle? El motivo es que cuando no nos atrevemos a ponerle sal y pimienta a la vida, la rutina de lo cotidiano, impuesta por múltiples razones, ya sean económicas, enfermedad u otras, ella nos avasalla y dejamos que el desánimo y la dejadez campeen en nuestras vidas.
         “¿Tengo que estar repitiéndote las mismas cosas todo el tiempo”?  “Por favor deja de hacer tanto ’zapping’, me tienes harta”.  “Ya no aguanto a tu hermanita metida en casa todo el día”. “Cada vez que vamos a salir te olvidas de algo y yo esperando en la puerta como un idiota”. Una de las cosas más “tranca” como dicen los jóvenes, es soportar la sordera: “No me grites, ya te oí” o lo que es peor, uno habla de una cosa y el otro contesta sobre otro tema. Dicen que el ciego te inspira lástima, pero el sordo te exaspera. ¿Cierto?
         Con gran sabiduría, Mahatma Gandhi decía: “Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”.
          El problema es que con los años vamos perdiendo la capacidad de “soportar con paciencia”. Esto no significa tener que dejarse aplastar por las dificultades o rendirse con amargura, resignándose con un “qué me queda pues, qué voy a hacer”.  Soportar es levantar los brazos y sostener el peso, no aflojar o tirar la esponja. Claro que no es fácil vencer el desánimo, se requiere fortaleza interior, mucho amor, tolerancia y sobretodo aprender a perdonar. Hagamos el esfuerzo de ponernos en los zapatos de la otra persona y preguntémonos con sinceridad: ¿también él o ella no tendrán, a su vez, que soportar nuestras manías, exabruptos, engreimientos, impaciencias, etc. etc.?
         Recientemente el Papa Francisco decía:
 
            "Por lo tanto, pidamos a la Virgen que nos dé la gracia de soportar con paciencia y vencer con amor. ¡Cuántas personas --muchos ancianos y ancianas--, han seguido este camino! Y es hermoso verlos: tienen una mirada preciosa, una felicidad serena. No hablan mucho, pero tienen un corazón paciente y lleno de amor.”
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 





         
         

 






ESPUMA DE LIMON


ESPUMA DE LIMÓN

 

A mí que me den recetas rápidas y sin complicaciones. Ésta que les ofrecemos es una de ellas; la hacía desde pequeña cuando empecé a hacer mis pininos en la cocina. No hay necesidad de hornear, ni de hervir nada, bien fácil, fresca y queda bien cremosita.


 
Ingredientes
 
ü  1 lata de leche evaporada bien helada de un día para otro en la
    refrigeradora
ü  1 tz de azúcar blanca
ü  Jugo de 5 limones
ü  ½ sobre de gelatina en polvo sin sabor
ü  16 galletas de vainilla molidas bien finamente.

 
Preparación

·         Se bate la leche con un batidor a mano o eléctrico hasta que crezca.
·         Se le agrega el azúcar, el jugo de los limones y la gelatina disuelta.
·         Aparte se muelen las galletas hasta que queden como polvo y la mitad
      se pone al fondo de un molde rectangular.
·         Se vierte la mezcla antes preparada y se cubre con el resto de las
      galletas molidas, presionando levemente.
·         Se pone un par de horas en la refrigeradora.
·         Al momento de servir,  se desmolda fácilmente en una fuente alargada.
·         Adornar con “rizos” de cáscara de limón, con maracuyá o fresas,
      según lo que tengas a la mano.


“Hijo mío, come miel que es buena; el panal es dulce al paladar;
                                así sean el conocimiento y la sabiduría para tu alma,
                                si los alcanzas tendrás un porvenir y tu esperanza
                                no fracasará.”  (Proverbios 24, 13-14)

 
 

 
 
 
 
 
 

                          



SABIAS QUE...


¿ Sabías que…                 (7)
 


 

Beber agua después de las comidas reduce la acidez en la boca en un 61%?

 

 

 
El ruido que escuchamos al colocar una concha marina cerca al oído, no es el de las olas del mar, sino el sonido del flujo de la sangre circulando por las venas?

 

 




La risa que te producen las cosquillas es en realidad un mecanismo de defensa porque se activa una parte del cerebro que anticipa el dolor?

 


 


 
Las  cejas  protegen nuestros ojos del sudor y de la lluvia pues desvían las gotas hacia los lados de la cara?

COMO SOBREVIVIERON LOS PUERCOESPINES


CÓMO SOBREVIVIERON LOS PUERCOESPINES ...

 

         Cuentan que, durante la era glacial, muchos animales morían por causa del frío.

          Los puercoespines, al darse cuenta de la situación, acordaron vivir en grupo pues así se daban abrigo y se protegían unos a otros.

          Pero las espinas de cada uno herían a sus vecinos más próximos, justamente aquellos que les brindaban calor y por eso decidieron separarse.

          Como volvieron a sentir frío tuvieron que tomar una decisión, o desaparecerían de la faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos. Con sabiduría decidieron volver a vivir juntos.

 
         Aprendieron así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy cercana podía ocasionar, porque lo que era realmente importante era el calor que el otro le daba. Por supuesto, sobrevivieron.

          La moraleja de esto es que la mejor relación no es aquella que une a personas perfectas (en el caso que existieran), sino aquella en donde cada uno acepta los defectos del otro y de este modo consigue perdón para los suyos. ¿Te disgustan los hechos o palabras de alguna persona? Puede que tus palabras y acciones también estén molestando a otros.

 
ACEPTA, DISCULPA Y PERDONA

para que recibas el mismo trato.

 

FALSO RISOTTO DE ZAPALLITOS


Falso risotto de zapallitos italianos

 
 
        Mi sobrino, el chef, me retó el otro día: “Tía has un arroz con zapallitos”. Le dije que me parecía que quedaría un tanto desabrido, pero me arriesgué y el resultado fue una delicia. Lo he llamado “falso risotto”, porque no usé arborio ni seguí el procedimiento usual para hacerlo, ya verán. A ver si ustedes se animan.

 
Ingredientes

ü  2 zapallitos italianos medianos
      ü  ½ cebolla blanca picada bien menuda
      ü  1 cdta. de ajo picado
     ü  2 tazas de arroz
     ü  1 cubito de caldo de gallina
     ü  1 choclo tierno y/o champiñones - opcional
     ü  Mantequilla
     ü  Queso parmesano
     ü  Leche evaporada pura
     ü  Sal, pimienta y nuez moscada

 
Preparación 

ü Trozar un zapallito, salteándolo con la cebolla en una sartén con mantequilla hasta que queden tiernos. Luego licuar la preparación con leche evaporada pura, sal, pimienta y una pizca de nuez moscada. Dejarlo aparte. Que quede bien cremoso.

ü Preparar el arroz normalmente con el ajo dorado en aceite en 2 tazas y ½ de agua caliente, añadir el otro zapallito cortado en cuadritos no muy grandes, el cubito de caldo y un poco de sal.

ü Una vez que el arroz esté cocido vierta  en la olla el preparado  licuado y queso parmesano al gusto, mezclando todo bien con un tenedor para que no se maltrate el arroz.

ü Si se desea se puede añadir el choclo desgranado ya cocido.

ü El arroz debe quedar suelto y si fuera necesario, añadir un poco de caldo caliente y corregir la sazón.

ü Decorar el risotto con “rizos” crudos de zapallito o champiñones cortados en 4 y saltados en mantequilla.

Listo, servir de inmediato y saborear.

¡AMATE MUJER!


¡ÁMATE MUJER!

  
       Un autor desconocido nos regala estos consejos que levantan nuestra estima y nos hacen saber que valemos por lo que somos. La edad no resta para nada nuestra dignidad,  porque somos hijas de Dios.

             Nunca permitas sentirte sola, puedes estarlo, pero aprende a disfrutar también de ello.

            No te veas fea, gorda o demasiado flaca… recuerda que lo que importa es el contenido no el estuche.

            Ámate mucho, imagínate feliz, la mente es un imán y todo lo que desees y pienses, como por arte de magia lo atraerás.

            No te sientas menos que otra mujer, ella puede ser más en algunas cosas, pero tú tendrás tus propias virtudes.

            Recuerda amar la vida con sus días nublados, con sus tormentas eléctricas. Es la vida y está para gozarla, disfrútala a cada instante, en cada momento.

¡Mujer, te estoy hablando a ti!

            Llena tu mochila de bellos recuerdos y deja los malos a un costado del camino y ahora, frente al espejo, sonríe.

            Observa lo lindo de tu cuerpo y destácalo, ¿tus ojos?, y luego mira tu interior: el poder está en ti.

            Puedes elegir: sentirte bella y amada o fea con una vida sin sentido.

            Puedes elegir: darte la oportunidad de ser feliz o esperar con tristeza que tu vida se apague.

            Puedes elegir: la alegría o la tristeza.

            Puedes elegir: cerrar los puños y pelear o perder todas las esperanzas.

            Fíjate metas y lucha por ellas, no te sientas egoísta si dedicas parte de tu tiempo a algo que te guste y te hace feliz.

            Tenlo presente: como te sientas, te verán. En la medida que ames, te amarán. Y antes que todo:

 
Ámate a ti misma, tal como eres.