EL OTRO YO DEL DR. MERENGUE

          El copiloto      

        Las de mi época se acordarán que años ha, había una tira cómica que se llamaba El Otro Yo del Dr. Merengue. Viejito, muy circunspecto él, que muchas veces andaba muy elegante de frac y tarro y, al toparse con determinadas situaciones o personas,   se le venían a la mente  comentarios que, por educación,  no se atrevía a pronunciar  en voz alta.    
            Y, he aquí que  el  otro día se metió dentro de mí el Dr. Merengue. ¿Cómo así?  Bueno, con mi marido hemos llegado al acuerdo que mejor manejo yo porque dice que lo atosigo con mis grititos, frenadas, ¡cuidado! y saltos cuando él maneja, pero la verdad es que corre demasiado y voy con los pelos de punta cuando él va al volante.  Sin embargo,  él tampoco se queda atrás como copiloto: “por qué bajas la velocidad”, “Cambia a cuarta, ¿no oyes el motor?”, “Ciérralo, no dejes que te pase”, “Bravo, (aplausos) es el segundo hueco en que te caes”, etc. etc. Y yo siempre calladita por temor a que me diga “déjame, mejor manejo yo”.  Hasta que el otro día afloró en mi el Dr. Merengue y después de oír una de sus “simpáticas” intervenciones, solté la carcajada. Asombrado me dice: ¿de qué te ríes? Disculpa le dije, pero es que me he sentido el Dr. Merengue, ¿sabes lo que acabo de pensar cuando me dijiste “por qué le das paso a ese”? Pues, ¡porque me da la gana, carajo! …Y aunque no me crean, jamás digo lisuras, esas son licencias que sólo se le permiten al Dr. Merengue.
            A las distinguidas señoras que manejan con el marido al lado, ¿no les provoca a veces contestar así?  Seamos francas, ¿cuántas veces en el curso del día, ante diversas circunstancias, pensamos en silencio cosas tremendas, como el Dr. Merengue?


1 comentario:

Anónimo dijo...

Es verdad, esto nos sucede a todas, cuando el marido maneja....segun el, todo va perfecto. Cuando manejo yo, pues cuidado aqui, cuidado alla, para, anda mas rapido, no frenes asi, etc etc etc